sábado, 23 de marzo de 2013

¿Cómo sería nuestra logopedia ideal?


A raíz de la reflexión y análisis realizado sobre los tres modelos educativos, hemos considerado que a raíz de los puntos positivos encontrados en cada modelo, podríamos conseguir una intervención logopédica ideal.

En primer lugar, vamos a hablar del Conductismo, basado en conductas observables. Cuando realizamos una intervención logopédica es importante obtener resultados tangibles, pero eso no lo es todo. También, aunque esté demostrado que es muy eficaz, consideramos que el método de reforzamiento a través de premios o castigos, no es lo más adecuado para este tipo de intervenciones.

Dentro de la intervención logopédica, el logopeda debe fomentar la motivación desde otro punto de vista, como por ejemplo, acercando dichas intervenciones a situaciones de su vida cotidiana. Un modelo educativo que ejemplifica claramente este enfoque de intervención sería el constructivismo. Además, es importante tener en consideración aspectos tan importantes como son los procesos mentales, tratados en profundidad en el modelo educativo de la psicología cognitiva.

La psicología cognitiva deja de lado los aspectos personales del paciente, al igual que el conductismo, que ofrece un material de trabajo generalizado y no adaptado a cada paciente y sus necesidades, considerándose factores a tener en cuenta indispensables ya  que serán de gran ayuda para  realizar una intervención logopédica satisfactoria. Por este motivo, adoptaríamos el modelo constructivista ya que, complementa la psicología conductiva.

El fin del constructivismo es que la persona que va a ser tratada, construya su propio conocimiento. Para ello, el logopeda desempeñará el rol de mediador, apoyando el desarrollo de las capacidades lingüísticas de la persona, permitiéndole alcanzar las competencias necesarias para mejorar en la mayor medida, su calidad de vida. La persona será sujeto activo en todo el tratamiento y, su intervención se adaptará completamente a él y sus necesidades, se llevará a cabo en entornos cercanos a él y en el que la colaboración de su familia o personas allegadas a él, será de vital importancia. 

Como conclusión, una intervención logopédica eficaz debe basarse en la comunicación real con las personas que serán tratadas por el logopeda. La comunicación es el fin y el medio del tratamiento. Las mejorías en el estado lingüístico-comunicativo del sujeto, se deben valorar desde el enfoque de las repercusiones en la comunicación eficaz y real del éste dentro de su propio contexto social. Se debe respetar e intentar aumentar el papel activo de los sujetos en el uso del lenguaje para la comunicación. Debemos intervenir cuándo y dónde necesite comunicarse la persona que se encuentre en tratamiento, entendiendo sus motivos y usando actividades que le sean prácticos en los diferentes contextos de su vida.

El diseño de programas específicos y personalizados para superar aspectos concretos que dificultan la adquisición del lenguaje, deben realizarse teniendo en cuenta un análisis detallado de los procesos implicados. El logopeda intentará que el sujeto supere sus dificultades proporcionándole ayuda a partir de los procesos intactos o dañados en menor grado.

No existe ni existirá un programa estandarizado que pueda ser aplicado para resolver cualquier problema del lenguaje, pero si se deberán crear los programas de intervención teniendo en cuenta las diferencias y necesidades individuales y sociales, y las características propias del trastorno del lenguaje de cada persona.
Un aspecto muy importante, como ya hemos mencionado anteriormente, es la colaboración familiar y del entorno más cercano a cada sujeto tratado ya que, especialmente en el caso de los niños, adquieren el lenguaje fundamentalmente comunicándose con los adultos.

Para finalizar, no debemos concebir toda la intervención en el lenguaje desde un enfoque rehabilitador, en el cual el especialista “remedia” todas las deficiencias del paciente sino que, el logopeda deberá convertirse en parte de su entorno para superar con éxito cada tratamiento. 

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