viernes, 10 de mayo de 2013

Premio a los estilos de aprendizaje.


En una amplia búsqueda realizada de blogs de logopedia enfocados a estilos de aprendizaje, no hemos considerado oportuno premiar a ninguno de estos. En su mayoría se ofrece información general sobre los diversos trastornos y alteraciones del lenguaje por tanto, cada trastorno y alteración tendría unas características globales, unos métodos de aprendizaje uniformes y una metodología mecanizada y lineal.
Esto no se asemejaría a los estilos de aprendizaje que según, Juan Silvio Cabrera Albert y Gloria Fariñas León, son “formas particulares de comportarse de cada persona en el proceso de aprendizaje”; o a los estilos de aprendizaje definidos que para Smith, R.M (1988), son “los modos característicos por lo que un individuo procesa la información, siente y se comporta en las situaciones de aprendizaje”.
Además según Kolb (1984), en el proceso de aprendizaje uno se mueve, en diferentes grados, desde observador hasta actor y desde una implicación específica y concreta hasta un distanciamiento analítico general.
Respecto a los recursos materiales que se presentan para tratar con el paciente, son en su mayoría fichas modelo y vídeos donde se fomenta el aprendizaje por imitación.  Por tanto, no se atienden a las características y necesidades individuales que tiene cada paciente, ya que la educación se convierte en instrucción y no se da pie al progreso individual para ascender hasta la interiorización de las competencias que se quieren adquirir o mejorar en el paciente.
Por el contrario, según Kolb existirían dos dimensiones principales en el proceso de aprendizaje por los que aprendemos, que son: el primero es cómo percibimos la nueva información o experiencia (dimensión Abstracta-Concreta); y el segundo es cómo procesamos lo que percibimos (dimensión Activa Reflexiva). Así, ante situaciones nuevas hay gente que prefiere sentir lo que hace hacia la Experiencia Concreta (EC); mientras otros tienen a captar la información nueva a través de representaciones simbólicas o Conceptuación Abstracta (CA), dejándose guiar por la intuición o la sensación. Por el contrario, quiénes procesan la información ante una nueva experiencia y reflexionar acerca de lo que sucede, están actuando a favor de la Experimentación Activa (EA); mientras que otros optan por observar, por lo que son más propensos a la Observación Reflexiva (OR).
Kolb considera que hay tres estadios predecibles de maduración a través de los cuales un sujeto se mueve en el curso del desarrollo. Estos estadios son: Adquisición, que se da desde el nacimiento hasta la adolescencia donde el sujeto adquiere las capacidades básicas del aprendizaje; Especialización, que se extiende a través de la educación formal y las experiencias tempranas de la adultez personal y laboral; e Integración, en la cuál las personas empiezan a expresar estilos y destrezas no dominantes o no preferidos.
Otro enfoque muy difundido sería sobre los estilos de aprendizaje a través de la obra de autores como Linda V. Williams (1988), es el de la mente bilateral, basado en el estudia sobre asimetría funcional del cerebro humano (Deglin, V., 1976). Sobre la base de estas características y de la tendencia de los seres humanos a utilizar un hemisferio cerebral más que otro (Verlee, W. L, 1983; McCarthy, B., 1987; Heller, M, 1993), clasificando a las personas en: predominantemente sinistrohemisféricos (letf-brained) y dextrohemisféricos (right-brained). La idea principal de estos autores sería que las personas aprendiesen con todo el cerebro y en consecuencia, desarrollen un uso flexible de los dos hemisferios cerebrales (Kinsella, K, 1995), para lo cual sería necesario que los propios profesionales aprendiesen a enseñar con todo el cerebro.
Además en algunos de estos blogs, aparecen procesos cognitivos básicos como la atención, la memoria, la percepción, etc., e incluso las emociones; que se pretenden estimular con, de nuevo, fichas modelo o vídeos. Creemos, que es adecuado pero se deben tener en cuenta otros aspectos, ya que los procesos cognitivos al igual que los trastornos y alteraciones, se deberían trabajar desde el entorno social y afectivo del paciente, haciendo que se integre en su aprendizaje e intervención, para que su desarrollo y crecimiento como persona sea más rico.
Desde la perspectiva holística de Farriñas, G (1995), se partiría de un diseño en el sistema didáctico que contribuiría a una enseñanza desarrollada, potenciando  la atención a la diversidad, además de los procesos de autoconocimiento y autoevaloración personal, como vías para la autoeducación, para la participación plena de los sujetos en su aprendizaje.
Por tanto, consideramos que es importante considerar los estilos de aprendizaje: el convergente que destaca por su destreza en el uso del razonamiento hipótetico-deductivo para llegar a la única solución óptima de una cuestión o problema; el divergente que enfatiza las capacidades de experiencia concreta y observación reflexiva; el asimilador que destaca las capacidades de conceptualización abstracta y observación reflexión; y por último, el acomodador que hace referencia a las capacidades que destaca la experiencia concreta y la experimentación activa.
            Además, según Kolb las personas crecen y se desarrollan en cuatro áreas que son: Afectivamente, que desarrollan destrezas de percepción y sentimiento; Simbólicamente, que desarrollan destrezas cognitivas; Conductualmente, que desarrolla destrezas de actuación y; Perceptualmente, que desarrollan las destrezas de observación.

Las lecturas en las que nos hemos apoyado para nuestra argumentación son: “El estudio de los estilos de aprendizaje desde una perspectiva vigostkiana: una aproximación conceptual” (Juan Silvo Cabrera Albert de la Universidad de Pinar del Rio, Cuba; y Gloria Fariñas León de la Universidad de la Habanna, Cuba); y “Estilos de aprendizaje y desarrollo: perspectiva evolutiva” (Fernando Albuerne de la Universidad de Oviedo).  

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